Memorias del Felpudo
Parecía un sábado más. Me había reunido con mis amigos
y ya nos estábamos tomando las primeras copas entre charlas y risas. Sin
embargo, no era un sábado más yo me había vestido como cada vez que salgo de
fiesta, una camisa tejanos y zapatos para intentar ligar pero esta vez había
una diferencia: debajo de mis tejanos, en lugar de un bóxer llevaba un tangita
que había comprado esa misma mañana. Ese tangita me lo había
comprado por placer pero sobre todo por orden de Ama Lady Canaria que poco a poco
me quiere convertir en una putita.
Evidentemente mis amigos no notaron nada, nos metimos
en la discoteca y con la borrachera y olvidando mi posición de perro me acerqué
a un grupo de chicas, una de ellas me llamó la atención y entablamos
conversación, poco a poco nos fuimos acercando hasta que empezamos a liarnos y
a sobarnos. Mi polla de sumiso se empezó a poner dura (hacía mucho tiempo que
no me acercaba a una mujer porque sé que un perro como yo no debe hacerlo),
ella me dijo que tenía un buen tamaño, pero no me atreví a decirle que no tenía
permitido usarla.
Me invitó a su casa y ahí vino lo más humillante, me
desnudé y me vio en tanga. De repente toda la tensión sexual desapareció se
empezó a reír de mi señalándome, a partir de ese momento me acordé de mi posición,
la posición que me ha enseñado Lady Canaria y no me podía quitar a mi Ama y
Diosa de la cabeza. Así que empecé a obedecer, me puse a cuatro patas y me sacó
unas cuantas fotos, me hizo lamer sus zapatos y por último me hizo correrme en
el tanga y chuparlo hasta dejarlo limpio, yo no paraba de pensar en que ojala
esa mujer fuera Ama Lady Canaria.
No quiero saber de lo que habría sido capaz si fuera
la Diosa Canaria quien me hubiera dado las órdenes, o sí. Ojalá algún día lo
pueda comprobar.
No hay comentarios: